
Por otro lado, en mi opinión esta marcha no es más que una burla para la gente que padeció los abusos de poder por parte de Alberto Fujimori, para un personaje que como mencionó la periodista Cecilia Valenzuela fue el autor de una “Guerra de baja intensidad” una estrategia ilegal que desarrolló una guerra en la cual muchos inocentes ciudadanos civiles tuvieron que pagar con su vida la falta de escrúpulos de un presidente. Y donde podemos encontrar toda una gama de los más sangrientos sentimientos que un ser humano puede albergar, egoísmo, resentimiento y odio, serían algunos de los muchos que podemos rescatar, que al parecer esto podría ser el guión de una historia de ficción.
Sin embargo, los personajes, no son sacados de la imaginación sino personas de la vida real, que experimentaron los sucesos en carne propia, mostraron el dolor de perder a un ser querido, la desesperación de no poder hacer nada por cambiar la situación, la paranoia en su grado más extremo al saber que a la vuelta de la esquina la muerte te puede estar aguardando.
Un hecho de relevancia histórica y social para el Perú, donde se narra el crecimiento de un Imperio del terror, que creía que la solución se encontraba en la “Ley del talión” el “Ojo por ojo” (Si matas a uno de los míos, yo mato a uno de los tuyos); y de la caída de la misma, desenmascarando a los verdaderos autores de una guerra, que finalmente ahora vana ser juzgados, y donde los más perjudicados eran aquellos que no podían defenderse.
Finalmente, que lo vivido gracias a este repudiable ser nos haga reflexionar sobre lo que estamos haciendo como peruanos por nuestra nación, y que grabe en nuestras mentes una lección de vida, la violencia genera más violencia, y que el terrorismo jamás será destruido con más terrorismo, tal como alguna vez nos hicieron creer.
Sin embargo, los personajes, no son sacados de la imaginación sino personas de la vida real, que experimentaron los sucesos en carne propia, mostraron el dolor de perder a un ser querido, la desesperación de no poder hacer nada por cambiar la situación, la paranoia en su grado más extremo al saber que a la vuelta de la esquina la muerte te puede estar aguardando.
Un hecho de relevancia histórica y social para el Perú, donde se narra el crecimiento de un Imperio del terror, que creía que la solución se encontraba en la “Ley del talión” el “Ojo por ojo” (Si matas a uno de los míos, yo mato a uno de los tuyos); y de la caída de la misma, desenmascarando a los verdaderos autores de una guerra, que finalmente ahora vana ser juzgados, y donde los más perjudicados eran aquellos que no podían defenderse.
Finalmente, que lo vivido gracias a este repudiable ser nos haga reflexionar sobre lo que estamos haciendo como peruanos por nuestra nación, y que grabe en nuestras mentes una lección de vida, la violencia genera más violencia, y que el terrorismo jamás será destruido con más terrorismo, tal como alguna vez nos hicieron creer.
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